Treinta y ocho milagros
Nogal, violeta acuática, castaño blanco, avena silvestre, rosa silvestre y sauce
El nogal avuda a las personas a adaptarse al cambio, desde mujeres con problemas menstruales hasta bebés en k etapa.
La violeta acuática fomenta la humildad en los orgullosos y haee más fácil de soportar el peso de la Soledad.
El castaño blanco alienta a Morfco a visitar a aquellos que pasan las noches despiertos con la mente plagada de pensamientos no deseados.
La avena silvestre bien sembrada es para las personas que no están seguras de estar siguiendo el camino adecuado en la vida v cuya’elección de carrera los ha dejado aburridos y frustrados.
La rosa silvestre sacude a los apáticos que se han resignado a su suerte y no hacen ningún intento por mejorar las cosas.
El sauce seca los ojos de aquellos que derraman amargas lágrimas de resentimiento.
Cistus, Ornitugalum umbellatum, castaño dulce y vid
Las cistus, de la familia Cistaceae, tratan el miedo, el terror y el pánico de manera muy benigna.
La Ornitugalum umbellatum calma a quienes sufren por los efectos a largo plazo de un skock -ya sea por un choque automovilístico o por un trauma de luto.
El castaño dulce ayuda a aquellos que creen que no hay mañana a entender que sí habrá un nuevo amanecer, y que ellos estarán ahí para gloriarse de su luz suave. La verbena mete el sobre-entusiasmo en su lugar.
La vid hace más flexibles a los dominantes y menos despiadados en su búsqueda a los que se esfuerzan por conseguir el poder.
La mostaza, olivo, pino y castaño rojo
La mostaza manda en camino a la negra depresión. El roble es para aquellos que luchan contra todos los obstáculos y quienes se sienten descorazonados ante la posibilidad de luchar, luchar, luchar aún más.
El olivo aumenta los niveles de energía, física v mental, v es beneficioso para aquellos que se están recuperando de una enfermedad.
El pino ayuda a quienes constantemente se autorreprochan, culpándose por los defectos de otros.
El castaño rojo es recomendable para aquella gente generosa que tiene miedo o se preocupa demasiado por el bienestar de los demás.
Brezo, acebo, madreselva, carpe y alerce
El brezo alienta a quienes están obsesionados con sus propios problemas a prestar un oído compasivo a los demás.
El acebo lo hace frente a los susceptibles sujetos del odio, los celos y la envidia.
La madreselva ayuda a aquellos que viven en el pasado a despertar al presente.
El carpe hace desaparecer ese sentimiento de fastidio del lunes-por-la-mañana y da un empujoncito al paso. Impatiens, como el mismo nombre sugiere, tranquiliza a los impacientes de este mundo y hace a los irritables menos irritables.
El alerce hace desaparecer la falta de confianza en uno mismo y los complejos de inferioridad. Ayuda a aquellos que siempre se anticipan al fracaso a afrontar el futuro con confianza. Mimulus ayuda a aquellos afligidos por el miedo a lo desconocido.